domingo, 22 de enero de 2012

Una crónica para la radio

Periodista radiofónica ultimando su crónica / RNE
La crónica es un género con múltiples posibilidades y que muchos profesionales y especialmente autores, estudiosos de los géneros, no dudan en clasificarlo como el género más rico, de más belleza informativa y el que más y mejor te acerca al hecho noticioso.


La entrevista, el reportaje, la opinión, la crónica,… El uso de los distintos géneros en radio da vida a nuestros contenidos radiofónicos. Por eso, en Hablemos de radio queremos darte las claves para que distingas un género de otro pero, sobre todo, para que sepas qué pasos seguir hasta conseguir contar eso que está pasando a tu audiencia de una manera determinada.

Por su parte, la crónica radiofónica es un género basado en el monólogo, en el que el periodista, en calidad de testigo, describe y narra hechos y acciones en su contexto, desde una perspectiva individual y utilizando los recursos del medio radiofónico. El cronista persigue en primer lugar informar y en segundo lugar, interpretar.


Características

El contenido sonoro es una de las carcaterísticas que definen este género. El periodista debe proporcionar imágenes sonoras que ayuden a recrear la realidad que describe y narra. Nos referimos, por ejemplo al sonido ambiente.

Por otra parte, el lenguaje ha de ser directo, enfatizando el momento presente y es muy aconsejable la inclusión de anécdotas y curiosidades, que prestan color y relieve al relato.

Otro de los rasgos es la inclusión del estilo personal y cierta libertad para escoger el lenguaje, cuidando que exista una permanente referencia al hecho en cuestión y recordando que no podemos tomarnos las mismas licencias que en un artículo de opinión o un editorial.

Otras características son el predominio de la palabra, el estilo coloquial, la transmisión desde el lugar de los hechos, la emisión en directo y la escasa duración (desde 30 segundos hasta 2 minutos).


Cómo hacer una crónica

Lo primero es documentarse bien e incluso, si puede ser, es importantísimo acudir al lugar de los hechos. La información conseguida debe ser organizarse para que sea útil. Una vez en el sitio, debe dialogar con protagonistas o afectados, observar los hechos y  escenarios, contactar con las fuentes oficiales…

Con todos estos datos, el profesional ya tiene que ser capaz de encontrar el hilo conductor de su crónica y escribir un guión para presentarla en antena.


La estructura

Debe haber arranque o apertura, desarrollo, cierre y continuidades. El arranque debe situar la crónica y captar la atención del oyente.

El desarrollo debe contextualizar los hechos, mostrando sus antecedentes y consecuencias y presentar a los personajes.

El cierre, como siempre en la radio debe ser rápido y redundante y debe incluir un enlace de continuidad con el que programa en el que va incluida la crónica.


El estilo

El estilo de la crónica se basa en el predominio de la palabra hablada, la forma coloquial y la presentación en primera persona.

La palabra hablada se guía por los principios de claridad, brevedad, coherencia lógica y redundancia útil, ya que como el texto radiofónico es extremadamente fugaz y la memoria auditiva tan frágil, se hace necesario reiterar el "qué" de la noticia.

La forma coloquial implica la utilización de un lenguaje directo y desenfadado y de un vocabulario común y lleva a una relación de proximidad y familiaridad con la audiencia.

La presentación en primera persona hace posible que el cronista elabore un estilo personal con la elección de las palabras, el ritmo o el empleo de las descripciones.


La puesta en escena

Al incorporar en la crónica citas y cortes de voz hay que procurar respetar el sentido original y el contexto en que se produjeron. Las citas se presentarán en estilo indirecto y a través de un verbo introductorio, que debe ser el más adecuado para el caso. Tampoco conviene repetir siempre los mismos verbos, sino que hay que ir variando.  En los cortes de voz, se debe utilizar un enlace, es decir unas palabras que unan una parte del reportaje con el corte de voz que se va a escuchar.

El periodista puede decidir sobre el terreno si quiere incluir en su crónica sonido directo como el sonido ambiente y los testimonios en directo. El sonido ambiente es interesante incluirlo en el arranque de la crónica para “fijar el escenario”, pero luego debe desaparecer para no fatigar al oyente. Los testimonios en directo deben  entrar en antena y cerrar en un plano de fondo o segundo plano.

Las variaciones tonales son una buena herramienta para añadir ritmo e interés a lo que estamos contando: hay que utilizar un tono bajo para dar paso a un testimonio y otro más alto para retomar con seguridad y autoridad la crónica.

Si te entras con alguna dificultad técnica, lo más importante es actuar con naturalidad. Es recomendable comprobar el equipo técnico durante la fase de preparación y una segunda vez ya sobre el terreno y tener además un “plan b” para comunicarse con la emisora.

Por último, hay que prestar atención al ritmo, que se construye a través de una buena estructura y una locución cuidada. Cuando la crónica es abierta e incluye preguntas o comentarios del presentador del programa, se deben limitar estas intervenciones. Preguntas y respuestas deben estar previamente pactadas. Y cuando la crónica es periódica, se ha de incluir siempre algún aspecto nuevo y de primera mano para que el oyente no vea defraudadas sus expectativas.

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho este trabajo. Felicidades a la autora. Les deseo éxitos a todos. Yo soy una periodista cubana que escribe para el Portal de la Radio Cubana en Internet. Me parece muy interesante su página. Hasta luego...

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